20 de febrero de 2009

Desplegar las alas...y volar...



“Hice mal en darlo todo por perdido, y no supe conservar lo que me dio…caminé con paso firme y decidido al final que tristemente me marcó…

Dicen que el tiempo es la cura, pero nadie me asegura que no vaya a estar aquí, sentada en una escalera, acordándome de ti…

Ya no volveré a apostar por nadie… ya no volveré a ser como soy… Ya no volveré a nuestra calle… Ya no volveré a firmar mi rendición

Fuiste como un vendaval que atravesaba por mi vida, y la corriente me estrelló contra el color de tus ojos, me quedé sin voluntad y convertiste mi amor en algo de usar y tirar…”


El éxtasis de pasión estalló entre nuestros cuerpos. Tus ojos reflejaban la viva imagen del fuego ardiente que nuestras anatomías, juntas, emanaban por cada uno de los poros de nuestra piel…

Susurraste algo en mi oído, entonces mi mirada encontró la tuya y nuestros labios se entrelazaron al son de la música del amor y la pasión…

Aislados del mundo, en un rincón de una vieja azotea, la luna fue testigo de nuestra entrega sin tapujos, sin miedos…

Huérfanos del frío, recostados sobre una vieja cama, dormimos hasta que el amanecer inundó de luces la habitación, y entonces, tú desapareciste de nuevo, como cada mañana en la que mis ojos se abren lentamente para mirar el hueco de tu ausencia…

Un día más, tu reflejo persiste en mi mente y atormenta los minutos contiguos a mi despertar… aturdida, trato una vez más de tomar aliento, de respirar ese aire puro que se entremezcla con el humeante ruido de afuera…

Un escalofrío me recorre, cubro mi cuerpo con una manta y observo como el tiempo va pasando ante mis ojos, hasta que anochece, y me quedo atónita mirando como las estrellas asoman por ese inmenso cielo recubierto de tonos negros y anaranjados…

A lo lejos, perdida en el horizonte, se divisa una solitaria estrella, un pequeño rayo de luz, rodeado de sombras que oscurecen su existencia… Así es como, a lo lejos, se marcha mi vida, huyendo de mi cuerpo, huyendo de este mundo insano que me rodea…

La noche es fría, el cielo amenaza tormenta y mis lágrimas no me dejan observar completamente esas estrellas perdidas, olvidadas por todos…

Enciendo un cigarro, me envuelvo como siempre en su humo dejándome llevar… lo aliño un poco, hoy quiero olvidarme de todo, refugiarme en mi misma para tratar de encontrarme…

Calada a calada voy sintiendo que mi cuerpo se adormece, que mis sentidos se aturden, pero me siento bien…

Entonces, una cápsula se introdujo suavemente en mi cuerpo, recorriendo uno a uno los órganos que me forman…

Esa pequeña sustancia blanquecina provoca un efecto de éxtasis en mí, y muy lentamente me sosiega, me calma…

Mi decrépito cuerpo se acerca rápidamente al suelo de esta fría azotea, pereciendo en cuestión de segundos…. Dentro de poco, todo habrá terminado… caminaré sonámbula hasta la muerte…es hora de desplegar las alas, y volar…

17 de febrero de 2009

Pensamientos...palabras...


“Ahora que duelen las resacas y cortan como una navaja…Ahora que nadie nos saluda por los bares de Malasaña, que pido auxilio, besos y comida por teléfono,
que fumo flores, que lloro a veces mientras duermo…”


Morir o vivir, dudo que la diferencia entre estas dos cosas exista…

Vivo siempre en las nubes, volando por ínfimos mundos carentes de sentido, mundos aparentes, irreales, mundos de fantasía, mundos oscuros…

Mirando por mi ventana, dibujando las siluetas de personas que nunca han estado aquí…

Recostando mi cabeza en el hombro de mi vieja almohada, mojando mi rostro con recuerdos desgastados, escuchando canciones que hablan de soledad y de tristeza, la misma tristeza que siento yo ahora…

Pájaros planean cerca de mi silueta adormecida en el umbral de esa puerta que me lleva a la muerte… se posan en mi como si mi cuerpo fuese una estatua inerte, sin ningún tipo de vida…

Un leve bostezo me recuerda que sigo viva, que sigo respirando, por un instante creí no hacerlo, creí que todo había terminado, pero me equivocaba, aquí sigo…

Inhalando un denso humo que brota de un cigarro pienso en ti un momento, pronto esa imagen tan viva de ti se torna grisácea…

Parece que mi vida nunca va a equilibrarse, que nunca se apagará esa tristeza que grita desde mis ojos pidiendo auxilio, pidiendo una absolución para este corazón acartonado que palpita lentamente en el interior de mi cuerpo moribundo…

Moléculas cristalinas con un sabor agridulce recorren ahora mi rostro, deslizándose muy lentamente hasta desembocar en mis labios y allí perecer una tras otra…

Malos días estos para el recuerdo, para la alegría, malos días para todo… no soy capaz de entrelazar unas con otras las palabras gastadas que recorren y divagan somnolientas por mi mente aturdida y extasiada…

“Quiero volar, lejos de aquí escapar…dime, mi bien, quién me llorará si me dan alas y hecho a volar… quiero dormir, no quiero despertar… quiero ser la lluvia al otro lado del cristal, quizás alguien me espere en la oscuridad…”

14 de febrero de 2009

Oyendo la lluvia caer...



"Creo ver la lluvia caer, en mi ventana te veo pero no está lloviendo no es más que un reflejo de mi pensamiento...Hoy te echo de menos..."

Sus ojos irradiaban una felicidad que antaño se había sombreado por el humo y el ruido… ahora, él era una persona distinta…

Mientras, yo sigo atormentada por esos fantasmas del pasado, añorando a cada minuto el dulzor de su mirada clavándose en la mía… quisiera no necesitar, no necesitarle, pero lo necesito tanto, que a veces siento miedo de sentir…

Los días como hoy son los que quisiera borrar de mi calendario, aquellos en que la gente feliz pasea su felicidad por las calles mirándose en cada escaparate y dibujando en su rostro una gran sonrisa… todo el mundo parece feliz, contento, en cambio, por mi mente continúan paseando pensamientos oscuros que fulminan mis sonrisas, transformándolas en llantos incesantes en cualquier rincón de esta fría azotea…

Adoro la azotea, no me canso de ella, son tantos los recuerdos que viven en ella, toda la gente que ha estado allí, conmigo, disfrutando de ese lugar, que cada vez que subo me siento protegida, como si todas esas personas que un día estuvieron aquí, perduraran en el tiempo y continuasen a mi lado, quizá porque siento su presencia, me siento protegida allí…

Rememorando algún suceso ocurrido entre esas paredes humedecidas, esbozo una tímida sonrisa, y me dirijo lentamente a por esa guitarra olvidada en un rincón, para hacer sonar sus cuerdas una vez más, y dejarme llevar hacia esos recuerdos, hacia esas vivencias y así, retomar aliento y conseguir fuerzas para continuar… y aqui perezco, día tras día, noche tras noche, mientras en mi ventana un gato taciturno me vislumbra en la oscuridad, allí me quedo, en silencio, oyendo la lluvia caer...

9 de febrero de 2009

Apagándome...



Sutilmente apago mi vida, sintiendo ese leve escozor en mi pecho que me provoca un cálido escalofrío…

Ahuyento toda felicidad, apartándome de la alegría y luchando codo a codo con mis sentimientos, doloridos y cansados por todo lo vivido…

¿Tan grave es no querer seguir viviendo? Ya he vivido todo lo que podía vivir, las fuerzas ya no dan para más, no me gusta lo que parece depararme ese futuro cercano que me acecha, no, no quiero seguir, no puedo seguir…

Lanzando un quejido al viento sigo luchando con mi vida, sigo buscando mi huida inminente que espero que llegue lo antes posible…

Aleteando un poco consigo no ahogarme en este mar de tristeza que inunda mis días y mis noches… Todo el dolor que siente mi alma lo gritan mis ojos entreabiertos en esta noche en la que el viento, susurra melodías tristes que avivan el llanto y que ahora entreabren mi ventana para mezclarse con mi aire humeante por el cigarro que entre mis dedos se humilla…

Sucumbiendo a la tristeza una vez más pierdo esta batalla, una vez más caigo en las oscuras redes de la amargura y me dejo llevar lentamente…

Seco mi rostro con mis manos temblorosas, amenazo al cigarro con mis labios ansiosos por inspirar ese cálido humo que desprende…

Nunca una calada fue tan profunda y deseada… el cigarro me observa consumido desde mis dedos amarillentos y alimenta lentamente mi tristeza… Minutos más tarde mis ojos, vencidos por el sueño, parecen entornarse para dejarme ver ese mundo interior que siempre estuvo dentro de mí, un mundo oscuro, tenebroso, un mundo triste y taciturno, mi mundo…

6 de febrero de 2009

¿He muerto ya?




"Anhelo estar contigo, y es una dulce amargura y un alegre tormento... si el deseo despierta lo prohibido tengo miedo de amarte, y lo hago en silencio..."

Un leve murmullo desordena mis pensamientos, haciendo que por mi mente divaguen recuerdos que ansío olvidar...

Leves ruidos se oyen en la calle, es muy tarde, el viento azota mi ventana con fuerza, la lluvia cae sobre la ciudad sin dirección ni ley, mientras,mi cuerpo ahogado en un mar de lágrimas se desvanece por momentos en un pequeño rincón del mirador...

Frente al espejo, mirando el reflejo de una vida que no estoy segura de querer vivir, lentamente me consumo, lentamente me apago...¿He muerto ya?

2 de febrero de 2009

¿Dónde estarás esta noche?



Oigo en la lejanía un susurro del viento que me grita que no volverás, que quizás nunca estuviste aquí…

Ahora me cuesta distinguir si esto es una realidad o uno de esos sueños en los que tu ausencia era mi única compañía…

Siempre fuimos almas gemelas, corazones acompasados que se escuchaban en el silencio, cuando el ruido dormía entre las ramas de aquel olivo que sombreaba nuestros cuerpos yacentes en una hierba pálida que se tornaba grisácea al contrastar con el inmenso sol que nos cegaba con sus rayos estridentes…

Escuchando y tatareando canciones de Marea mientras sonreíamos y reíamos ajenos a ese mundo de ruidos, humos y desolación… Cantando a gritos, reflejándonos el uno en el otro sin que nada importase, sintiendo un profundo estupor cuando el reloj, que nunca se detenía, marcaba la hora de la furtiva separación de estas almas que por aquel entonces no se hallaban la una sin la otra…

Volver a la rutina de las clases entonces no era un problema, era el ansia de volver a ver tu sonrisa al verme aparecer por la puerta y sentarme a tu lado para dibujar juntos un mundo por el que poder escapar, tú de tus problemas, yo de mis pensamientos…

El mundo, ajeno a ese amor que nuestros corazones abarcaban el uno por el otro, seguía girando mientras nosotros, sin ley ni rutina que frenase nuestros sentimientos, trepábamos por los tejados como un gato taciturno y cansado que busca un rincón donde dormitar…

Tus ojos marrones irradiaban una mezcla de tristeza y felicidad, por un momento volvimos a ser dos, tu con tus problemas, yo con mis pensamientos… entonces las luces que iluminan la periferia de esta pequeña ciudad, apuntaron un camino que seguimos para reencontrarnos de nuevo con esos niños indefensos que no temen a nada, que lo añoran todo…

Tu sonrisa se grabó a fuego en mi interior, y ahora comprendo que por mucho tiempo que pase, siempre seguirás ahí, en ese rincón de mi corazón en el que habitan los recuerdos imposibles de borrar, fuiste el gran amor, el gran error, y la mayor felicidad de mi vida…

Vivo alimentándome de esas palabras que me dedicabas, de esos silencios incómodos que dejábamos huérfanos con nuestras risas… Tu recuerdo me mantiene viva, me aísla del dolor intenso que recubre mi cuerpo cada noche…

Trato de sosegarme y borrarte de mi mente, pasar página de este libro interminable que parece no querer marcharse de mis pensamientos, por un instante tu imagen se torna borrosa y parece desvanecerse, pero entonces tu voz comienza a resonar en mis oídos como un brusco ruido que me trastorna por momentos…

Aún me tiemblan las piernas al recordar la primera vez que dejaste al infinito huérfano de tus ojos para mirar fijamente a los míos y como, a partir de ese instante, nunca más pude borrar esos luceros tristes que cautivaron y estremecieron mi cuerpo, provocándome escalofríos…

Aquel día me enamoré de ti, un absoluto desconocido, risueño a la par de siniestro, un chico tímido, dulce, triste, nostálgico… un chico tan parecido a mí que incluso me hizo pensar que quizá fuese mi vida en otra vida…

Aquel momento no se borra de mi mente, tú te acercaste, con un cigarro entre tus labios que me ofreciste amablemente y que acepté sin dejar de mirar tus ojos… A partir de entonces nuestra amistad no quiso hacerse esperar, aunque en mi interior florecía un amor infinito imposible de desarraigar de mis entrañas…

Me llamabas y te llamaba, te soñaba despierta mientras me contabas cómo empeoraban poco a poco tus problemas, nos confiábamos nuestras vidas por fascículos, aprovechando cualquier minuto de intimidad…

Recuerdo que me encantaba hablar contigo y a ti conmigo, éramos amigos, los mejores amigos, tú nunca hablabas con nadie, al igual que yo, pero sentiste que conmigo todo era distinto, que éramos almas gemelas, dispuestas a escuchar sin miedos, sin reproches, sin preguntas, solo escuchar…

Nunca pedí nada, simplemente te lo di todo, sin importarme si alguna vez harías tú eso por mi, te quise como nunca podré querer a nadie, te quiero, como nunca nadie podrá quererte nunca…

Nuestros corazones, retenidos mientras el mundo dormitaba en sus burbujas, palpitaban temblorosos dejándose llevar a un estado de letargo que a veces me provocaba un miedo interior…

Este imperfecto amor que nos unía era tan extraño como hermoso, tan gélido a veces y tan intenso otras… era una antítesis permanente, que aturdía mi ser haciéndome dudar, pero esas dudas se disipaban mientras escuchaba todo aquello que no me decías, pero mirando tus ojos las palabras pasaban a un discreto segundo plano…

Erizabas mi bello, estremecías mis sentidos, alterabas mis pensamientos, te colabas en mis sueños, en mis despertares, en mis anocheceres, te hiciste imprescindible para mí…

Quizás sea cierto eso que dicen por ahí de que fuiste mi gran error y no merecías la pena, pero te aseguro, que todos y cada uno de los instantes que compartiste conmigo, todas las canciones, todas las conversaciones, todos los abrazos, todas las miradas…todo, ha merecido la pena…

Hace pocos días que me di cuenta de que siempre fuimos personas distintas con una unión estrecha que hacía que nos costase estar separados… ahora comprendo que, desde que te fuiste, algo en mi cuerpo se fue contigo, no de ese cuerpo físico, latente, sino de mi interior apacible que aún aguarda en silencio que le devuelvas el corazón que un día se alejó contigo, llevándose consigo todo lo que antes hacía correr esa sangre espesa por mis venas, llevándose una vida insana que nunca llegaré a vivir… apagando las luces de el extrarradio con un leve soplido desde aquella azotea que nos vio volar….

1 de febrero de 2009

Susúrrame...




"Yo te invito a que te quedes, tu me invitas a buscar, y yo con tal de estar contigo de verdad que me da igual...
Tu me coges de la mano, empezamos a buscar, mientras tanto me pregunto si es un gesto tuyo natural, si es tan sólo una caricia, si esto es inseguridad. Desarmada te defiendo, aprieto y tú...me aprietas más....
Abro a fondo mis cajones, me desnudo de intenciones, tú te vistes de complejos y temores....
Mejor si no les vemos, mejor si no nos ven, mejor despiertan juntos y descalzos nuestros pies..."

Adéntrate en los suburbios de mi pensamiento y arranca esa sonrisa que se clavó en mis entrañas y ahora aturde mis sentidos si por mi mente se dibuja por un instante el recuerdo borroso de tu ausencia…

Apaga este deseo inoportuno que recorre mi anatomía empapando mi vida de una soledad fría y tenebrosa…

Socórreme cuando escuches mis jadeos en las noches en las que el cielo amenace tormenta…

Grítame al oído que me quieres para que mi vida se separe de esta muerte inminente que me acecha…

Sepárame de esta senda que me dirige al abismo, dime que me necesitas, necesítame aunque solo sea la mitad de lo que yo te necesito a ti…

Ayúdame a vivir de nuevo, forjando juntos el futuro incierto que nos aguarda al final de este camino que andamos acompasados…

Roza tus labios con los míos para beber en tu boca el agua que hidrata mi cuerpo…

Líbrame de las pesadillas y conviértelas en sueños con finales felices…

Convierte este amargo sabor a muerte en el dulzor de la miel de tus besos que arropan mi cuerpo las noches más frías…

Confíame tu alma adormecida, para que la despierte por las mañanas con esa dulzura que emana de tus ojos…

Susúrrame suave y lentamente que me deseas y mi alma será tuya para siempre, como lo es mi vida…