7 de diciembre de 2012

Demasiado...

En ocasiones la vida nos va poniendo piedras en el camino. Una detrás de otra. Casi como si todo confabulase contra ti. Como si las estrellas se hubiesen alineado para destruir tu ilusión, tus ganas de continuar. Muchas veces he pensado qué pasaría si yo nunca hubiese existido. Cómo sería la vida de esas personas a las que lentamente estoy quitando la vida, sin querer o queriendo, pero se la estoy quitando. Y es que esta enfermedad no sólo me está matando a mi, tal vez eso sea lo más doloroso. No me importa si me mata. Me importa si les mata a ellos. Esto empieza a ser demasiado complejo. Todo duele. Todo pesa. La mochila va demasiado cargada. Demasiados demasiados en estas frases hechas. Demasiada muerte masticada con lentitud y maquiavélicas mentiras. Es difícil, demasiado difícil.

29 de septiembre de 2012

Luchar

A veces me pregunto si en algún momento guardaste algo de mi, de esos instantes que compartimos, de mis sabores, de mis ritmos, de mis sonidos, ¿atesoraste algo de todo aquello? No puedo evitar pensarte a cada minuto, y ahora comprendo tantas cosas... Apago las luces, miro las calles mojadas y te imagino aquí, a mi lado, intercambiando breves espacios de tiempo, gotas de vida que sacian mi sed, gotas de ti. Posiblemente desee enloquecerte, hacerte perder el norte, el sur, el timón de ese barco que te guía, que me guía... que perdamos el equilibrio juntos, caigamos y nos levantemos, que no dejemos de compartirnos, que me eches de menos, que guardes algo de mi, que pienses en mi como lo hago yo. Me gustaría que algo funcionase en mi vida, por primera vez, me gustaría no necesitarte, que no sea sólo un entretenimiento para ti, que sea algo más. Quisiera hacerte feliz, llenarte, ¿podría hacerlo? Sí, ¿por qué no? Ahora no voy a echarme atrás, quiero conseguirte, volverte loco y hacerte perder la cordura, obedecerte, ser sumisa y obediente hasta que un día me necesites, y así que todo tenga sentido, que todo empiece de cero, que el futuro deje de ser tan imperfecto... Lucharé por ti, porque la vida va en serio, y estar contigo es la primera decisión correcta que he tomado en mucho tiempo.

20 de septiembre de 2012

Perder

Perder el equilibrio y caer... ver cómo la vida pasa, pesa y el tiempo se agolpa a tu puerta, observando que estás ahí, quieta, en suspensión, como polvo en el aire. Acariciar el abismo, mirarle a los ojos sin pudor, sin ruborizarte siquiera, temblar de frío en una noche calurosa, ser la antítesis de todo cuanto quisiste ser. Perderte, un mar de dudas te ahoga el alma, te hiela el corazón, te humedece la mirada parpadeante que susurra a gritos desesperados un cambio. La vida, ¿qué es en realidad?, ¿alegrías? ¿tristezas? Posiblemente un cúmulo de situaciones encontradas, sí, quizás sea eso, una constante de subidas, bajadas... y saber que todo es pasajero, que nada se eterniza, que el juego es así, todo va, viene, va, viene, como el oleaje del mar en una tarde fría, pero nos deja su salitre en nuestros días, nos marca. Todo marca nuestro rumbo, ya sea bueno o malo, y el tiempo jamás se detiene, nos acompaña y nos guía a veces, otras se pone en nuestra contra y lo maldecimos. Perderse... encontrarse a una misma sentada mirando el pasar veloz de los trenes en una estación sin nombre... Ansiedad que se calma con pastillas. Perder...

11 de septiembre de 2012

A veces hay momentos en que debemos hacer una catársis personal. Comenzar a valorar el por qué de nuestros actos, el sentido exacto de cada gesto, de cada palabra, de cada hecho... Hoy es el día clave, el día en que recibes noticias de personas que comparten un problema como el tuyo, personas que ya han vuelto a la realidad, que están bien, que han salido de ésta. Y tú estás ahí, detenida, sentada frente a la pantalla de tu vida, viendo como pasa un día, y otro, y otro más, y no sabes qué hacer, como frenar este ritmo cardiaco que te excita, te conmueve, te envuelve... Hay un instante que marca el resto de todo lo demás, hay un ínfimo pensamiento de resurgir, de volver a empezar, de regalarte todo otra vez, de vivir. Entonces es cuando comprendes que debes gritar, debes salir de esta situación. Algún día lo haré. Lo sé. Pero hoy, hoy no es ese día.

30 de agosto de 2012

Buscándome sin mirarme

Y el miedo sigue ahí, acechando, mirándote a los ojos, frente a ti. De pronto ves que no consigues mirarte en el espejo, que cuesta aceptar esa imagen, que duele. Y compruebas que no era tan sencillo, que el resto del mundo no lo entiende, que no quieres que te toquen, que te rocen, que te miren. Tienes pánico a salir a la calle, a que te vean. Tu mente vaga entre pensamientos banales y tú sigues ahí, buscándote sin mirarte.

29 de mayo de 2012

Estaciones

Puede que sea el calor. Quizás esta sensación agridulce en mi interior. Tal vez sea más bien que desde aquí todo se ve de una forma diferente, como cuando miras a través de un cristal translúcido. El caso es que mi mente ha empezado a divagar sin mucho sentido y a transformar en conjuntos de palabras mis pensamientos. Afuera la gente pasea. Sonríe. Incluso me atrevería a decir que son felices. En su rutina. En su realidad. En su día a día. Los niños corretean y respiran hondo este aire cálido que todo lo envuelve. Es un bello paisaje. El verano tiene algo que me encanta y es esto. El mundo parece girar más deprisa. Todos tienen prisa por salir a la calle en busca de una sombra y algo fresco. Ha llegado el momento. Es hora de lanzarse a corretear de nuevo todo. Momento de acelerar nuestros pasos y que nuestro corazón vuelva a sentirse intensamente vivo. Volemos y fotografiemos cada instante. Inmortalicemos nuestros actos. Dejemos latente a todos cada parpadeo. Minutemos nuestra vida.

28 de abril de 2012

Al final del camino

Un fin de semana como otro cualquiera. Manta, sofá y una película con la que llorar una hora y media. Llueve ahí afuera. Hace frío y eso me gusta. Me encanta el olor de la tierra humedecida. El sonido de la lluvia golpeando el ventanal me sosiega. Paseamos de la mano. Acompasando nuestros pasos al son de Ismael Serrano. Sonreímos sin motivo. Como dos adolescentes que se quieren sin motivos. Sin barreras. En libertad. Cruce frontal en conversaciones paralelas, carreteras sin destino, conduciendo sin frenos, al límite. De pronto el más absoluto silencio, todo se paraliza y los relojes se detienen. Me distorsiona la realidad esta felicidad transitoria. Parece querer hacerme sentir una bipolaridad constante y las sensaciones se mezclan unas con otras. Frío y calor, alegría y tristeza. Sueño e insomnio. Soledad en compañía. Trato de poner los pies en el suelo. De frenar en seco. De resurgir de esta fantasía momentánea. Abro los ojos con fuerza y ahí estás. Esa imagen de ti tan personal, tan tuya. Es curioso todo lo que me haces sentir sólo con estar ahí. Frente a mi. Después de tanto tiempo no cambia esto. sigues produciéndome ese nerviosismo en el estómago que hace que sólo quiera estar así, a tu lado. Nada más. Sólo sentarme cerca de ti y compartir tu aire. Una mirada. Una sonrisa. Un instante. Sólo eso necesito. Un instante de ti.

20 de abril de 2012

A veces necesitas un respiro de tu propia realidad, un instante en silencio, en soledad. Ese breve espacio de tiempo en que realizas un balance estrictamente necesario para valorar en qué estás convirtiendo a esa persona que anhelabas ser. Tengo veintiún años, y soy experta en complicarme la vida. No comprendo el momento exacto en que empecé a hacerlo. Pero se me da bien. Sí. En el fondo creo que me gusta ese sabor de lo prohibido. De aquello que me destruye. Quizás el día de mañana me arrepentiré de todo lo que estoy haciendo. Puede que sí. Y puede que no. La etapa más feliz de mi vida la he vivido soñando despierta con personas que nunca me quisieron realmente. Compartí con ellas todo cuanto tuve, pero nunca fue suficiente. La mayor parte de nuestra vida transcurre mientras estamos durmiendo. Tiene gracia pues siempre pensé que este tiempo era perdido. Ahora me doy cuenta de que no. Sueño cosas que no tendré y otras tantas que ya he conseguido. Ahora en mi poder poseo algo más valioso de todo cuanto pude pensar. Conozco lo importante de un gesto, de una palabra dicha a tiempo, de un abrazo simultáneo entre dos personas que no se tocan siquiera. Te conozco a ti. Eso es mucho más importante que cualquier cosa. Valiente ingenua, pensé que coloreando las cosas podían ser como yo las veía. Dibujo mundos y pinto las paredes de una casa que posiblemente disfrute otra persona. Ni siquiera sé por qué lo hago. O quizás si. Lo hago por ti. Porque te echo de menos. A veces me siento una ocupa. Creo que estoy arrebatándote eso que tanto os costó conseguir. Divago y lo escribo. Sin sentido. Como mi vida. Como todo. Como yo. Cambiando de tercio, despertar contigo es uno de los placeres más hermosos que disfruto ahora mismo. Ver tu cara, así, sin mentiras, sin trampas, con sueño. Tus gestos. Tu forma de mover las manos cuando explicas tus pensamientos y reflexiones. Tu sonrisa. Tus ojos. Tú. Eres la persona que siempre soñé tener ahí. Al otro lado. Para acomodarme en ti. Para que te acomodes en mi. Para ser uno en dos. Y lo estoy disfrutando. Te estoy disfrutando. ¿Qué más puedo pedir?

22 de enero de 2012

Vivirlo y sentirlo

Días sonrientes con inesperadas visitas que te sacan de esa rutina que acompaña cada minuto de mi vida...
A veces simplemente hay que proponerse un cambio, con eso basta para que tu estado de ánimo se estabilice y pase a ser menos ténue, menos gris y sombrío, sólo a veces la mente es capaz de recrearse y entablar una tregua con esa tristeza que emerge en ocasiones puntuales para dejarme observar mi antiguo yo...
Hablo y hablo, lanzando pensamientos que distan mucho de lo que fueron, esbozando sonrisas sin sentido...
Este año empezó siendo mágico, y gracias a eso he llegado a comprender que todo está ahí, en un rincón de mí que hace que hoy esté bien y mañana quizás no, a veces la magia simplemente nos sirve para dar un giro inesperado a una vida que nunca me gustó demasiado, para hacerme remontar, buscar la felicidad, ese estado de ignorancia...
Enamorarse de alguien cada instante que le ves, que le presientes, que terminas las frases que empieza, que vislumbras a lo lejos paisajes de ensueño que te hacen quedarte inmóvil y perplejo con el semblante paralizado mientras el viento entrelaza vuestros cabellos...
Cuando estás bien, feliz y llena de energía no sabes expresarte tan bien como cuando estás triste, es algo que nunca comprenderé, quizás porque plasmar los momentos bonitos suena cursi, quizás también ridículos para la persona que los lee, por eso ahora no sé muy bien qué decir, prefiero sentirlo todo, atesorarlo en mi corazón y guardarlo para que, si algún día termina, pueda sonreír al recordar que sucedió, que fue real, que es real...

9 de enero de 2012

Cambios

Como habréis podido ver los que entráis por aquí, le he dado un cambio al blog, más o menos similar al que ha tenido mi vida durante estas vacaciones...
Tiene gracia como las cosas pueden variar de un día para otro, tan pronto estás sumida en la más absoluta de las tristezas como aparece por fin ese detalle que tanto esperabas y te hace dar un giro de 180 grados a tu vida...
Puedo asegurar que estoy disfrutando de una de las mejores etapas, me ha traído luz, calma, amor, sonrisas y muchos proyectos que siempre tuve en mente y nunca llevé a cabo...
Nunca creí en la felicidad, siempre he pensado que era algo que todos utilizamos como excusa para regodearnos en nuestra tristeza por no tener lo que añoramos, ahora puedo decir que soy feliz, y lo soy porque he conseguido, de una vez por todas, estar en equilibrio con lo que tengo y lo que deseo... He aprendido a valorar todo aquello que me rodea, a gozar de una mañana sin madrugar despertando con una sonrisa, a vivir un día como si mañana no existiese, a reír por todo, a llorar por nada, a no darle importancia a lo que no tengo...
Pese a los problemas que me acompañan, el 2012 no podía haber empezado mejor, y así que continúe mucho tiempo...

2 de enero de 2012

Diario de tardes amargas...

¿De qué me quieres hablar ahora? ¿Acaso no te has dado cuenta de que ya es tarde para todo lo que quieras contarme? Ahora soy yo la que se ha cansado de tu juego, de tu hoy sí pero mañana no, de tus idas y venidas, de tus comederos de cabeza, de tus problemas… ahora creo que ni siquiera siento lo mismo por ti, creo que ya no existe ese amor incondicional que tuve hacia ti durante todo el año, ya no te observo con admiración cuando no me miras, ya no trato de comprender tu estado de ánimo, ya no me preocupa tu dolor, ya no me interesa tu sufrimiento, ya no me interesa nada de lo que quieras hablarme, ahora ya no, es demasiado tarde…
Me cansé de ir detrás de ti como un perrito faldero, me he cansado de estar día y noche pensando en ti y preocupada por ti, esperando un gesto tuyo, una palabra, por muy simple que fuera, ahora ya no espero nada, porque ya me lo has demostrado todo…
Gracias a ti he comprendido que no puedo esperar nada de nadie, que las personas van a su interés y conveniencia y que fui muy tonta por creer que en algún momento pude importarte de verdad, quizás se me pasó por la cabeza la idea absurda de que compartiésemos nuestra vida juntos, recé noche y día para que me quisieras porque sabía que podía hacerte feliz, sabía que estaba dispuesta a estar pendiente de ti y hacer todo lo que estuviese en mi mano para ayudarte y que estuvieses siempre bien, porque me habría esforzado tanto por lograr que tu sonrisa no desapareciese ni un instante de tu rostro… pero tú no quisiste formar parte de esto, preferiste utilizarme a tu antojo para que te ayudase a sacarte el curso, y una vez terminado, adiós, ya no quiero saber nada más de ti… muy bonito, sí señor, todo precioso, te has portado como un verdadero cerdo, y lo peor, es que pese a todo, sigo poniéndome nerviosa cuando te veo aparecer, y sigo sin poder decirte que no, que ya no, que no me importas… será porque no es cierto, claro que me importas, claro que sé que mereces la pena, claro que te quiero, sigo queriéndote exactamente igual que hace cuatro días, solo que ya no sé qué decirte, no creo que tenga fuerzas suficientes para contarte que la vida merece la pena, porque hace algunos días que perdí las ganas de vivir, hace un tiempo que no quiero hacer nada más que llorar y lamentar que todo sea como es, lamentarme porque estoy sola, vacía, y porque mi único objetivo prioritario del día es quemar la poca comida que ingiero al cabo de las horas… eso y convencerme a mí misma de que tengo que seguir, que vendrán tiempos mejores, pero, estoy verdaderamente segura de que vendrán tiempos mejores? ¿Y si no? ¿Qué hago entonces? Si esto sigue como hasta ahora creo que no podré soportarlo… demasiada carga emocional, demasiado pesada…. No puedo más, no aguanto, joder, ¡necesito un cambio de vida ya! Estoy cansada de la rutina, del malestar, de pensar tanto y que los días sean tan lineales, estoy harta coño, necesito huir y empezar de cero, necesito sentir que alguien me quiere, necesito un abrazo, un gesto, una palabra de aliento, necesito saber que no estoy tan sola como me siento, necesito saber que tengo a alguien más a mi lado que a mis padres y mis dos peces, necesito no sentirme más así, necesito respirar fuerte y sentir cómo se dilatan y contraen mis pulmones, notar como la vida recorre mi cuerpo, no sólo esta sensación de vacío y de hambre, necesito empezar de nuevo, comenzar, renacer, resurgir, brotar como las flores al comienzo de la primavera…. Por dios, necesito que alguien me salve la vida, ¿tan complicado es? Te necesito, te necesito ahora más que nunca y tú me has dejado tirada en la estacada, joder, ¿por qué lo has hecho? ¿Tan complicado era seguir como antes? ¿Tan difícil era para ti que hablásemos de algo que no fuese tu problema con las prácticas? ¿Por que si tan a gusto estabas conmigo ahora ya no es así? ¿Qué ha cambiado? ¿He sido yo? ¿Has sido tú? ¿La situación tal vez? ¿Qué pasa? Ya no te sirvo, ¿verdad? Demasiado egoísta por tu parte, ¿no te parece? Necesito respuestas a todas estas preguntas, pero ya no puedo hacértelas, quizás porque no sé en qué momento podría hacerlo, pero me encantaría poder reflejarme en tus ojos un instante más, lo daría todo porque sintieses una mínima parte de lo que siento por ti…