17 de diciembre de 2014
Acuérdate de vivir
27 de noviembre de 2014
Brilla, pequeña
1 de noviembre de 2014
Hoy
29 de octubre de 2014
Confesiones
Confesaré que te echo de menos. Que duele el frío. Que duele la distancia entre las dos. Salir del paso mirando a otro lado fingiendo que no me muero de ganas por besarte. Correr detrás de ti sin que me veas. Recoger mis pedazos mientras me pierdo entre tu sonrisa. Dejar las luces encendidas para que veas el camino, por si te da por regresar una tarde cualquiera. Fumar y buscarte entre el humo. Abrir los ojos para saber dónde encontrarte de nuevo. Frecuentar sitios a los que podrías ir. Llorar este hielo que llevo dentro. Para en seco ante los portales que conservan nuestros aromas.
28 de octubre de 2014
Insomnio
Noche en vela. Antes no dormía porque la realidad era mejor que el sueño. Ahora es porque te estoy echando de menos con todas mis fuerzas. Recordando aquellos tiempos en que nos perdíamos entre el ruido en una casa plagada de miedo. Insomnio de no verte. De tratar de aceptar que te vas. Que te has ido.
¿Sabes? Nunca he querido como te quiero. Y nunca me han querido como tú. Es curioso. Pensar cómo era hace algún tiempo. Cuando todavía éramos extranos que deseaban saber algo más el uno del otro. Cuando el mar nos aguardaba impaciente. Y así fue sucediendo. Donde el verde y el azul se mezclan. Donde se pintan las fachadas de un blanco roto. Donde el suelo tiembla. Donde los rayos de sol nos tibian la piel. Allí descubrí que habías conseguido hacerme mejor persona. Donde los balcones ventilaban las ropas de ayer. Donde se desordenó la cama entre caricias de ida y vuelta. Allí te vi y me encontré. Entre tus sonrisas. Entre tu cabello suelto al viento. Entre tus brazos. Allí quise formar un hogar para dos.
Y ahora se esfumó. Partió como los barcos zarpan en busca de una tierra nueva. Ahora me alimento de ti en mi recuerdo. Pensando en lo que pudo haber sido. En lo que no te he dicho todavía. En los besos que te guardo. En los abrazos que se han quedado sin dar. En las miradas que son para el espejo porque no puedo dedicarte. En las películas que no veré contigo. En los paseos. En los viajes. En la magia que aún queda en mí. En los vuelos entre cuatro paredes. Insomnio cruel que me impide soñar con tu regreso.
20 de octubre de 2014
Todo y nada
15 de octubre de 2014
Si me quedo
9 de octubre de 2014
La espina y la flor
5 de octubre de 2014
Temblar
2 de octubre de 2014
Viaje de palabras
1 de septiembre de 2014
Subir y bajar
14 de agosto de 2014
La vida
8 de agosto de 2014
Tú, solamente tú
31 de julio de 2014
Por si algún día...
27 de julio de 2014
Quid pro quo
22 de julio de 2014
Me apago
15 de julio de 2014
Avanzar
8 de julio de 2014
Te estoy hablando a ti
2 de julio de 2014
¿Quién quieres ser?
27 de junio de 2014
La felicidad
Eso de que la felicidad no debe depender de otros sino de ti es una mentira absurda, siempre dicen que no debes basarla en nadie. Pero es que la felicidad siempre está basada en otros. Siempre. Y es que nadie es feliz cuando está solo. Tendemos a buscar compañía. A realizarnos en base a algo o alguien. Para algunos puede ser un trabajo, una casa, una mascota o un televisor de cuatro pulgadas. Para otros una persona que duerma a su lado. Pero ese algo o alguien es lo que nos hace sentirnos bien, sentirnos plenos y verdaderamente realizados. Porque, qué sería de nosotros si no tuviesemos con quién compartir un logro o una derrota? Verdaderamente llegamos a ser lo que somos gracias a nuestro entorno. Sea el que sea. Por lo tanto, la satisfacción y la gratificación plena ya no depende de nosotros sino de aquello que nos sustenta. Y si ese pilar de pronto se quiebra? Pues no pasa nada, sencillamente tendremos que aprender a vivir sin él y buscar otro bastón de apoyo. Pero no nos engañemos. Eso de que la felicidad está en nuestro interior es una falacia. La felicidad está en todo cuanto nos rodea. En la sonrisa de nuestra madre o nuestro padre, en el beso de tus hermanos. En el abrazo de un amigo. En la compañía de tu pareja. En la mirada de tu hijo. En acariciar a tu mascota y sentir su calor. En un empleo que nos realice. La felicidad está en cada ínfimo detalle que pasa desapercibido para cualquiera que siempre va con prisa buscando dentro de sí grandes lujos.
24 de junio de 2014
La magia
Se aferró a su espalda. Primero suspirando, después sonriendo. Y ella se guardó sus suspiros y se enamoró de su sonrisa. Y suspiró. Y sonrió. Y ambas lo hicieron. Supieron que aquello sería el inicio. O puede que ya hubiese comenzado. Incluso antes de que lo inaginasen. Es lo bello del destino. De esas casualidades que entrelazan vidas. La besó en los labios por primera vez y lo supo. No necesitó mucho más que el dulce roce de su boca con la de ella para comprender que siempre la había esperado, sin buscarla todavía. Recogió cada detalle en hojas de papel y le cambió el nombre. Transformó en historias los breves instantes en que sus miradas tímidas se alimentaban la una a la otra. En silencio. A tientas. Solas entre la multitud. Entre ojos acechando. Entre rumores y sollozos. Entre bostezos y gritos. Miradas y caricias que acrecentaban el fuego. Las llamas ardían en lo profundo de su ser mientras las paredes callaban. Mientras el ascensor subía y bajaba. La música seguía sonando en su interior. Muchas veces se quedó con las ganas de decírselo. Le pudo el miedo. Pero el mundo gira y se encontraron. Coincidencias que hacen que la vida tenga sentido. Y sus ojos se clavaron en ella de nuevo. Y volvió a saber que siempre fue ella. Y esta vez sí se lo dijo. Y al sentir el tacto de su piel junto a la suya, comprendió lo que era la magia.
19 de junio de 2014
Seguir
15 de junio de 2014
Diferentes
11 de junio de 2014
Ella y el mar
9 de junio de 2014
Las estrellas no están solo en el cielo
8 de junio de 2014
Algo se quiebra
Muchas veces la vida nos obliga a tomar decisiones. Injustas o no. Dolorosas. De esas que te arañan por dentro hasta hacerte sangrar. De esas que te inundan los ojos de lágrimas. Que logran esparcir por tu almohada los pedazos rotos que quedan de tu corazón. Y entonces comprendes que si duele es porque verdaderamente existe un vínculo. Es porque ese hilo invisible que alguna vez enlazó dos partes era algo signifocativo. Si algo se quiebra hasta este punto es precisamente porque valía la pena. Aunque se difumine dulcemente como las olas que rompen en la orilla. Mirando al mar, en el puerto, te dije que te quería. Sentada en el césped, bajo el sol de una primavera tímida te lo volví a decir. Cuántos te quieros quedan ahora resumidos en una hoja a medio escribir. Cuántas caricias. Cuántos besos. Cuántas promesas. Cuántos sueños. Cuántos momentos acurrucándome entre tu pecho y tu brazo. Tal vez si el ruido ensordecedor dejase de gritarme al oído tu nombre dejaría de doler. Tal vez aún nos quede esperanza. Tal vez debería decirte que te voy a echar de menos. Tal vez debería decirte que te quiero, aquí, en silencio, escribiendo todo aquello que no puedo contarte. Que extraño tu voz y tu sonrisa. Que te espero, que voy a esperarte, que eres tú.
6 de junio de 2014
Nuestra voz
4 de junio de 2014
El tiempo pasa
31 de mayo de 2014
Hoy
30 de mayo de 2014
Lluvia, y algo más
27 de mayo de 2014
Sentir sintiendo
23 de mayo de 2014
Te vi
22 de mayo de 2014
La profundidad de las miradas
20 de mayo de 2014
Cables
- ¿Cómo te encuentras, amigo? Anoche soñé que despertabas, ¿sabes? que todo volvía a ser como hace una semana. Que íbamos a cenar al mejor restaurante de Barcelona y después a la playa, a sentir la arena y el agua rozar nuestros pies. Joder, tío, tienes que despertarte. Te necesito.Las lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas. Creo que comenzó a darse cuenta de lo efímera que podía llegar a ser la vida. Nunca antes la había valorado. Era un chico alocado. De esos que no entienden de normas ni reglas. No temía a nada. Vivía como quería. Nunca quiso a nadie hasta que lo conoció. Juntos comprendieron que los subterfugios eran menos amargos. Que las cloacas no eran tan malolientes. Que se puede tener todo sin tener nada. Que de un suelo puede hacerse un buen colchón. Que una tabla bien se convierte en una mesa digna de ikea. Que una flor medio marchita también es un jardín. Y ahora él estaba en el hospital. Y se pregunta de qué sirve esa filosofía si ha tirado por la borda su salud entre baños. De qué le vale si no se cuidó. Si no se tuvo en cuenta a él. Si de tanto mirar hacia afuera se olvido de verse. Y llora porque no puede ayudarle. Y siente rabia y una impotencia de esas que no dejan respirar, justo lo que casi no logra hacer su amigo. Y le da pena. Y es que a veces, por más que tengas, no sirve si no te miras a ti mismo.