14 de julio de 2018

Si me sigues, te pierdes

Si quieres conocer una historia de amor, amistad y superación, no te pierdas la novela “Si me sigues, te pierdes”
Habla sobre enfermedades mentales y sus barreras y dificultades. Sus pensamientos y sentimientos más profundos...
Héctor, Iván, Duna, Eloy, Borja.... Se embarcarán en ense viaje que es la vida, e irán descubriendo que no siempre salen las cosas como uno espera. Los devenires y complicaciones, las vueltas que da el destino....

El amor aparece donde menos lo esperas, y a veces puede superar cualquier piedra del camino. Se puede olvidar a alguien que te dejó huella?? Puede la amistad transformarse en amor??

5 de julio de 2018

Inside out

Nunca había entendido a aquellos que decían ser felices. Porque, sinceramente, siempre pensé que la felicidad no existía. Supongo que no confiaba en llegar a tener lo que soñaba. O, mejor todavía, ser lo que soñaba. Y resulta que si. Se consigue. Y se puede ser feliz. Todo el tiempo. Incluso cuando te agobias por la economía del mes. Por cómo llegar a fin de mes. Por los problemas cotidianos. Incluso en los momentos más tristes, a pesar de tener el rostro cubierto de lágrimas, resulta que se logra. La felicidad existe. Y puede durar. El tiempo que tú quieras que dure.
Encontré las respuestas a esas preguntas que tanto me hice. Cuando te vi. Cuando hablamos. Cuando sonreímos por primera vez. Cuando lloramos juntas por primera vez.
La felicidad apareció en el lugar más oscuro que pude imaginar, qué curioso.
Cambiaste mi vida. Y ahora soy feliz cada instante. Aunque haga frío. Aunque llueva. Aunque gruña. Aunque me enfade. Aunque a veces sea duro. Soy feliz. Porque soy quien quise ser. Y estoy con la persona con la que quiero estar. A la que amo profundamente. Y puede que algunos no lo comprendan. Pero nos conocimos desde dentro hacia afuera. Inside out. Me enamoré de sus raíces. De sus fantasmas. De su pasado. De su yo más profundo. Me enamoré de sus entrañas. Me enamoré de su errores. De sus heridas. De sus cicatrices. Tatué su nombre en mi corazón. Su historia. Su dulzura. Su piel. Sus gestos. Sus dudas. Sus miedos. Sus locuras. Todo. La quise así. Tal y como era. Como éramos. Desde dentro. Rebuscando entre nuestros recuerdos. Sufriendo en un solitario patio al atardecer. Compartiendo historias de miedo. Y de amor. Riendo. Llorando. Lloramos tanto.... juntas. Desde el principio. Y lo superamos. Porque eres verdaderamente increíble. Una luchadora incansable. Quizás no lo comprende todo el mundo. Puede que no sea sencillo. Pero tú lo haces fácil. Cada mañana despiertas y sonríes a una vida que no siempre te trata como mereces. Tomando unas cantidades ingentes de medicamentos previamente prescritos por médicos, sigues siendo tú, sacando a los perros, sacando fuerzas, sacando ánimos para vivir. Motivos. Los tienes. Claro que los tienes. Y lo sabes. Claro que lo sabes. No se trata de eso. No es algo tan simple. A veces hay que ir más allá. No siempre se encuentran motivos para seguir, aunque los tengas. Todos tenemos días de mierda, días de agobio, días de gritar al mundo y romper toda la vajilla. Pues a ti te pasa multiplicado por mil. No es sencillo de entender. Pero así es. Y esas pastis, son las que ayudan a encontrar pequeños puentes para continuar. Y tú nunca pierdes la sonrisa. Y siempre estás. Para todos. Pase lo que pase. Eres una jodida valiente. Y estoy orgullosa de ti. Y te admiro. Y te cuidaré y apoyaré siempre. Desde que te conocí supe que llegarías lejos. Eres mi Leonard y Penny. Mi Ross y Rachel. Mi Chendler y Mónica. Mis historias de amor de película. Mi Diario de Noah, mi Rosas rojas, mis frases preferidas, mis mejores texto. Eres mis canciones favoritas de Melendi. Y las de Vanesa Martin. Y todas. Eres la melodía perfecta. Eres mi perfume favorito.
Dicen algunas voces, que todo pasa, que el enamoramiento es pasajero, que la felicidad es pasajera.... qué inocentes, verdad?? No lo saben, porque no tienen el privilegio de mirarte dormir y sonreír entre sueños, porque no observan cómo remueves el café en el sentido de las agujas del reloj, no saben que jugueteas con la crema porque no te gusta. No pueden escuchar los latidos de tu corazón apoyada en tu pecho. Y que, de pronto, el ritmo de la vida gire a su compás. Piensan que es pasajero porque no conocen tu sonrisa con risa, ni todas tus sonrisas. No lo saben porque la tengo yo, aquí, conmigo. Haciendo el camino. Andando la vida.