Me Mad (I)

Hace tiempo que necesito expresar todo lo que siento con respecto a esto que llaman enfermedad mental. Este maldito peso que me cayó encima hace ya muchos años y que no consigo quitarme.
Puede parecer sencillo. Enfermedad mental. Cualquiera puede tenerla. Las enfermedades están en todas partes, y nos atacan a unos y a otros, y siempre nos apenamos cuando vemos que sucede en otros, y nos compadecemos, y tratamos de empatizar. Pero con las enfermedades mentales es diferente. Todos creen saber lo que pasa, y lo minimizan, y no saben nada, y no existe realmente información al respecto.
Porque la mente es una gran hija de puta. Esa es la verdad. Y nos atrapa. Nos envuelve en una nube oscura y gris y ya no nos deja ir.
Me diagnosticaron depresión con diez años, al poco de fallecer mi abuelo materno. Y lo achacaron a eso, añadiendo que en el colegio tenía algunos problemas relacionales. Nada significativo. Pueblo de tamaño mediano. Familia estructurada. Economía normal. Vida estable. Nada relevante para que dentro de sus parámetros de médicos pudiese ir mal. No tenía nada grave. En unas sesiones se me pasaría. Llamadas de atención, decían.
Los años pasan, y Verónica sigue triste, solitaria, encerrada en su habitación, comiendo bollería industrial a escondidas, escribiendo textos espantosos y tétricos sobre muerte y autodestrucción, sobre autolesiones, sobre suicidio.... tiene doce años, pero no cumple los requisitos de los médicos para ser una enferma mental como tal. Recordemos, su familia está estructurada, tiene una vida corriente, y no necesita pedir dinero a cáritas para sobrevivir....
Van pasando los años, Verónica cumple los dieciocho y se marcha de allí, huye sola a otro lugar donde no la conozca nadie. Solo quiere empezar de cero donde nadie pueda juzgarla.... y allí su cuerpo se hace más y más delgado, Verónica deja de comer y la báscula le regala kilos de menos, y ella empieza a sentirse más segura entre ese miedo, y empieza a caer en un abismo de ayunos, de básculas, de técnicas para dejar de comer, de alimentos bajos en calorías, deja de quedar con la familia para grandes eventos (Navidades....) ya no quiere que nadie la vea, le da vergüenza su aspecto, no se gusta, no se quiere, se odia.
Pasan los días, los meses, y su cuerpo le falla, y la UCI la espera, un haz de luz la despierta entre voces de ida y vuelta. Abre los ojos asustada, no puede mover las manos ni los pies, está atada, en una cama de hospital. Se había puesto agresiva, tuvieron que contenerla. Necesita tratamiento, la van a ingresar. Comienza el viaje por psiquiatría.
Por qué lo haces? Así empiezan las preguntas en la mayoría de los sitios, como si yo entendiese a mi cabeza siempre.... dímelo tú, que para eso eres psiquiatra y has estudiado las mentes y las enfermedades mentales, no, eminencia? Se supone que he estado en las consultas de los mejores psiquiatras y no me han ayudado, no me han detectado ningún trastorno límite de personalidad hasta los 27 años????
De verdad????
A los 27????

Próximamente, la segunda parte

Si me sigues, te pierdes

Si quieres conocer una historia de amor, amistad y superación, no te pierdas la novela “Si me sigues, te pierdes”
Habla sobre enfermedades mentales y sus barreras y dificultades. Sus pensamientos y sentimientos más profundos...
Héctor, Iván, Duna, Eloy, Borja.... Se embarcarán en ense viaje que es la vida, e irán descubriendo que no siempre salen las cosas como uno espera. Los devenires y complicaciones, las vueltas que da el destino....

El amor aparece donde menos lo esperas, y a veces puede superar cualquier piedra del camino. Se puede olvidar a alguien que te dejó huella?? Puede la amistad transformarse en amor??

Inside out

Nunca había entendido a aquellos que decían ser felices. Porque, sinceramente, siempre pensé que la felicidad no existía. Supongo que no confiaba en llegar a tener lo que soñaba. O, mejor todavía, ser lo que soñaba. Y resulta que si. Se consigue. Y se puede ser feliz. Todo el tiempo. Incluso cuando te agobias por la economía del mes. Por cómo llegar a fin de mes. Por los problemas cotidianos. Incluso en los momentos más tristes, a pesar de tener el rostro cubierto de lágrimas, resulta que se logra. La felicidad existe. Y puede durar. El tiempo que tú quieras que dure.
Encontré las respuestas a esas preguntas que tanto me hice. Cuando te vi. Cuando hablamos. Cuando sonreímos por primera vez. Cuando lloramos juntas por primera vez.
La felicidad apareció en el lugar más oscuro que pude imaginar, qué curioso.
Cambiaste mi vida. Y ahora soy feliz cada instante. Aunque haga frío. Aunque llueva. Aunque gruña. Aunque me enfade. Aunque a veces sea duro. Soy feliz. Porque soy quien quise ser. Y estoy con la persona con la que quiero estar. A la que amo profundamente. Y puede que algunos no lo comprendan. Pero nos conocimos desde dentro hacia afuera. Inside out. Me enamoré de sus raíces. De sus fantasmas. De su pasado. De su yo más profundo. Me enamoré de sus entrañas. Me enamoré de su errores. De sus heridas. De sus cicatrices. Tatué su nombre en mi corazón. Su historia. Su dulzura. Su piel. Sus gestos. Sus dudas. Sus miedos. Sus locuras. Todo. La quise así. Tal y como era. Como éramos. Desde dentro. Rebuscando entre nuestros recuerdos. Sufriendo en un solitario patio al atardecer. Compartiendo historias de miedo. Y de amor. Riendo. Llorando. Lloramos tanto.... juntas. Desde el principio. Y lo superamos. Porque eres verdaderamente increíble. Una luchadora incansable. Quizás no lo comprende todo el mundo. Puede que no sea sencillo. Pero tú lo haces fácil. Cada mañana despiertas y sonríes a una vida que no siempre te trata como mereces. Tomando unas cantidades ingentes de medicamentos previamente prescritos por médicos, sigues siendo tú, sacando a los perros, sacando fuerzas, sacando ánimos para vivir. Motivos. Los tienes. Claro que los tienes. Y lo sabes. Claro que lo sabes. No se trata de eso. No es algo tan simple. A veces hay que ir más allá. No siempre se encuentran motivos para seguir, aunque los tengas. Todos tenemos días de mierda, días de agobio, días de gritar al mundo y romper toda la vajilla. Pues a ti te pasa multiplicado por mil. No es sencillo de entender. Pero así es. Y esas pastis, son las que ayudan a encontrar pequeños puentes para continuar. Y tú nunca pierdes la sonrisa. Y siempre estás. Para todos. Pase lo que pase. Eres una jodida valiente. Y estoy orgullosa de ti. Y te admiro. Y te cuidaré y apoyaré siempre. Desde que te conocí supe que llegarías lejos. Eres mi Leonard y Penny. Mi Ross y Rachel. Mi Chendler y Mónica. Mis historias de amor de película. Mi Diario de Noah, mi Rosas rojas, mis frases preferidas, mis mejores texto. Eres mis canciones favoritas de Melendi. Y las de Vanesa Martin. Y todas. Eres la melodía perfecta. Eres mi perfume favorito.
Dicen algunas voces, que todo pasa, que el enamoramiento es pasajero, que la felicidad es pasajera.... qué inocentes, verdad?? No lo saben, porque no tienen el privilegio de mirarte dormir y sonreír entre sueños, porque no observan cómo remueves el café en el sentido de las agujas del reloj, no saben que jugueteas con la crema porque no te gusta. No pueden escuchar los latidos de tu corazón apoyada en tu pecho. Y que, de pronto, el ritmo de la vida gire a su compás. Piensan que es pasajero porque no conocen tu sonrisa con risa, ni todas tus sonrisas. No lo saben porque la tengo yo, aquí, conmigo. Haciendo el camino. Andando la vida.

Todo sigue su curso

Los días van pasando. El verano llega pisando fuerte. Tu calor me devuelve a la vida. Me siento protegida si estás cerca. Me completas. Me inundas de amor y felicidad. Nuestro hogar es mi lugar preferido. Juntas hemos crecido, hemos llorado, hemos reído, hemos madurado. Poco a poco vamos haciendo planes. Cumpliendo sueños. Estoy tan orgullosa de ti. Eres la luchadora más valiente que conozco. Y te admiro. Por tu fuerza. Por tu pelea constante por ti. Eres una persona excepcional, y me siento afortunada de compartir contigo cada instante. Has cambiado mi vida. Me has devuelto la ilusión, la esperanza, la fe. Ahora mi religión eres tú. Mi prioridad. Mi milagro. Prometo que voy a intentar hacerte feliz cada día. Hacerte reír. Hacerte cosquillas en la espalda. Hacerte el desayuno cada mañana.
Gracias por dejarme disfrutar de ti. Te quiero

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Tu espalda....

Cuando recuesto mi cabeza en su espalda puedo sentirme en calma. El tiempo se detiene y el mundo deja de girar por unos instantes. Los necesarios para erizar mi piel al rozar tu nuca.
Al dormir acurrucada a tu espalda los miedos se marchan. Cualquier problema salta por la ventana. La noche se detiene. Las estrellas y la luna te miran celosas de tu luz. De ese brillo tan tuyo. De tu esencia. De la suavidad de cada rincón de tu piel.
Temblar. Eres casa. Eres familia. Eres hogar.
Te quiero

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Comencemos....

Todo comenzó como un juego. Un experimento para saber lo que se sentía....
Resultaba ser prohibido, ella tenía pareja!!
A veces era complicado. A veces tuvimos miedo. Otras nos fundíamos sin pensar en nada, sin importarnos nada....
El caso es que me enamoré de ella profundamente. Las cosas no fueron sencillas entre nosotras. Fuimos pareja, fuimos amigas, y ahora somos pareja. Somos felices con nuestra manada, con nuestra atípica pero bonita familia....
Con ella he descubierto lo que es la felicidad. La amo tanto....

Déjame sufrir a mi

Cuéntame historias de miedo mientras acaricias el lóbulo de mi oreja. Susúrrame que me quieres cuando me veas triste. Háblame de amor. Dibuja corazones en las libretas. Escribeme en el espejo del baño “buenos días princesa”
Siempre soñé con encontrar alguien con quien poder hacer todas estas cosas, y más. Abrázame cuando tenga frío.
Déjame quererte hasta volverme loca. Déjame acurrucarme a tu espalda. Déjame escribirte notas en el tablón. Déjame regalarte flores. Déjame cantarte canciones y dedicártelas. Déjame mimarte. Déjame cuidarte. Déjame secar tus lágrimas. Espantar tus problemas. Curar tus heridas. Déjame sufrir a mi. Tú sonríe. Esa es mi cura. Mi salvación. Mi vida.
Te quiero tanto, tanto, tanto....