30 de octubre de 2013
Superarse
Muchas veces nuestra vida nos exige algo. En ocasiones son hechos, otras son decisiones.
Ahora es tiempo de hacer balance. Tomar aliento, papel, lápiz y anotar cómo ha sido este año que va sumando aprendizajes más o menos forzosos.
Es típico que, en este instante, acompañada por este frío de Octubre, tenga una sensación extraña en mi interior.
El miedo vive conmigo desde que tengo memoria. Me consuelo pensando que convive con el común de los mortales, pero aún así, a veces pienso que me dominará.
En cambio otras, como hoy, sé que no va a vencerme. No voy a dejarle ganarme otra vez. He perdido demasiadas cosas y esto me importa mucho, casi más que todo lo que ya se fue, como para dejarlo ir así, por miedo. No.
No podemos dejarnos guiar por el pánico a que algo salga mal.
La vida es una constante de subidas y bajadas. Y todo, absolutamente todo, va de la mano de errores, de éxitos, de logros, de risas, de llantos... antítesis puras y duras que nos aturden y nos hacen estar cabreados, tristes, alegres... nunca mantenemos un estado de ánimo constante, somos seres completamente variables, volátiles como una pluma.
Nunca antes me había planteado así al ser humano, tan frágil, tan sencillo de manejar. Pero sí, somos así. Por la duda, por ese atroz miedo que nos frena, echamos a perder cosas que pueden hacernos llegar muy lejos. Y no nos damos cuenta, no somos verdaderamente conscientes de que, si por un segundo mirásemos de frente todo cuanto tememos, sería mucho más pequeño de como creemos que es, y podríamos con ello.
Todos somos capaces de superar las barreras que nos ofrece la vida y que nosotros mismos construimos.
7 de diciembre de 2012
Demasiado...
En ocasiones la vida nos va poniendo piedras en el camino. Una detrás de otra. Casi como si todo confabulase contra ti. Como si las estrellas se hubiesen alineado para destruir tu ilusión, tus ganas de continuar.
Muchas veces he pensado qué pasaría si yo nunca hubiese existido. Cómo sería la vida de esas personas a las que lentamente estoy quitando la vida, sin querer o queriendo, pero se la estoy quitando. Y es que esta enfermedad no sólo me está matando a mi, tal vez eso sea lo más doloroso. No me importa si me mata. Me importa si les mata a ellos.
Esto empieza a ser demasiado complejo. Todo duele. Todo pesa. La mochila va demasiado cargada. Demasiados demasiados en estas frases hechas. Demasiada muerte masticada con lentitud y maquiavélicas mentiras.
Es difícil, demasiado difícil.
29 de septiembre de 2012
Luchar
A veces me pregunto si en algún momento guardaste algo de mi, de esos instantes que compartimos, de mis sabores, de mis ritmos, de mis sonidos, ¿atesoraste algo de todo aquello? No puedo evitar pensarte a cada minuto, y ahora comprendo tantas cosas...
Apago las luces, miro las calles mojadas y te imagino aquí, a mi lado, intercambiando breves espacios de tiempo, gotas de vida que sacian mi sed, gotas de ti.
Posiblemente desee enloquecerte, hacerte perder el norte, el sur, el timón de ese barco que te guía, que me guía... que perdamos el equilibrio juntos, caigamos y nos levantemos, que no dejemos de compartirnos, que me eches de menos, que guardes algo de mi, que pienses en mi como lo hago yo.
Me gustaría que algo funcionase en mi vida, por primera vez, me gustaría no necesitarte, que no sea sólo un entretenimiento para ti, que sea algo más. Quisiera hacerte feliz, llenarte, ¿podría hacerlo? Sí, ¿por qué no? Ahora no voy a echarme atrás, quiero conseguirte, volverte loco y hacerte perder la cordura, obedecerte, ser sumisa y obediente hasta que un día me necesites, y así que todo tenga sentido, que todo empiece de cero, que el futuro deje de ser tan imperfecto...
Lucharé por ti, porque la vida va en serio, y estar contigo es la primera decisión correcta que he tomado en mucho tiempo.
20 de septiembre de 2012
Perder
Perder el equilibrio y caer... ver cómo la vida pasa, pesa y el tiempo se agolpa a tu puerta, observando que estás ahí, quieta, en suspensión, como polvo en el aire.
Acariciar el abismo, mirarle a los ojos sin pudor, sin ruborizarte siquiera, temblar de frío en una noche calurosa, ser la antítesis de todo cuanto quisiste ser.
Perderte, un mar de dudas te ahoga el alma, te hiela el corazón, te humedece la mirada parpadeante que susurra a gritos desesperados un cambio.
La vida, ¿qué es en realidad?, ¿alegrías? ¿tristezas? Posiblemente un cúmulo de situaciones encontradas, sí, quizás sea eso, una constante de subidas, bajadas... y saber que todo es pasajero, que nada se eterniza, que el juego es así, todo va, viene, va, viene, como el oleaje del mar en una tarde fría, pero nos deja su salitre en nuestros días, nos marca. Todo marca nuestro rumbo, ya sea bueno o malo, y el tiempo jamás se detiene, nos acompaña y nos guía a veces, otras se pone en nuestra contra y lo maldecimos.
Perderse... encontrarse a una misma sentada mirando el pasar veloz de los trenes en una estación sin nombre... Ansiedad que se calma con pastillas. Perder...
11 de septiembre de 2012
A veces hay momentos en que debemos hacer una catársis personal. Comenzar a valorar el por qué de nuestros actos, el sentido exacto de cada gesto, de cada palabra, de cada hecho...
Hoy es el día clave, el día en que recibes noticias de personas que comparten un problema como el tuyo, personas que ya han vuelto a la realidad, que están bien, que han salido de ésta. Y tú estás ahí, detenida, sentada frente a la pantalla de tu vida, viendo como pasa un día, y otro, y otro más, y no sabes qué hacer, como frenar este ritmo cardiaco que te excita, te conmueve, te envuelve...
Hay un instante que marca el resto de todo lo demás, hay un ínfimo pensamiento de resurgir, de volver a empezar, de regalarte todo otra vez, de vivir. Entonces es cuando comprendes que debes gritar, debes salir de esta situación.
Algún día lo haré. Lo sé. Pero hoy, hoy no es ese día.
30 de agosto de 2012
Buscándome sin mirarme
Y el miedo sigue ahí, acechando, mirándote a los ojos, frente a ti. De pronto ves que no consigues mirarte en el espejo, que cuesta aceptar esa imagen, que duele.
Y compruebas que no era tan sencillo, que el resto del mundo no lo entiende, que no quieres que te toquen, que te rocen, que te miren.
Tienes pánico a salir a la calle, a que te vean.
Tu mente vaga entre pensamientos banales y tú sigues ahí, buscándote sin mirarte.
29 de mayo de 2012
Estaciones
Puede que sea el calor. Quizás esta sensación agridulce en mi interior. Tal vez sea más bien que desde aquí todo se ve de una forma diferente, como cuando miras a través de un cristal translúcido. El caso es que mi mente ha empezado a divagar sin mucho sentido y a transformar en conjuntos de palabras mis pensamientos.
Afuera la gente pasea. Sonríe. Incluso me atrevería a decir que son felices. En su rutina. En su realidad. En su día a día. Los niños corretean y respiran hondo este aire cálido que todo lo envuelve. Es un bello paisaje.
El verano tiene algo que me encanta y es esto. El mundo parece girar más deprisa. Todos tienen prisa por salir a la calle en busca de una sombra y algo fresco.
Ha llegado el momento. Es hora de lanzarse a corretear de nuevo todo. Momento de acelerar nuestros pasos y que nuestro corazón vuelva a sentirse intensamente vivo.
Volemos y fotografiemos cada instante. Inmortalicemos nuestros actos. Dejemos latente a todos cada parpadeo. Minutemos nuestra vida.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)