30 de agosto de 2012

Buscándome sin mirarme

Y el miedo sigue ahí, acechando, mirándote a los ojos, frente a ti. De pronto ves que no consigues mirarte en el espejo, que cuesta aceptar esa imagen, que duele. Y compruebas que no era tan sencillo, que el resto del mundo no lo entiende, que no quieres que te toquen, que te rocen, que te miren. Tienes pánico a salir a la calle, a que te vean. Tu mente vaga entre pensamientos banales y tú sigues ahí, buscándote sin mirarte.

1 comentario:

Susana dijo...

Tiene que ser muy duro que una persona no soporte que otra la toque...que sienta miedo aunque la otra persona solo quiera hacerle una caricia o un bien...yo no podría vivir así, sin caricias, sin roces...

Un besote