22 de julio de 2014

Me apago

Te pasas un día, y otro, y otro más... realizando cosas que parece que te llenan, que supuestamente resultan gratificantes para ti... y en el fondo no tienes nada. absolutamente nada. De pronto despiertas una mañana y comprendes que sigues igual de vacía que ayer, igual de vacía que estarás el día de mañana. Y te paras a pensar en el sentido que tiene la vida, esta cotidianidad que te aplasta, estos minutos que van pasando y van pesando sobre tu espalda cansada de tanto cargar con una mochila llena de piedras. Piedras que te pones tú y las que te va poniendo la rutina. Esa trivialidad que se agolpa a los pies de tu cama y hace que no te guste ni por asomo un ápice de ti. Te miras en el espejo y apartas automáticamente la vista porque desprecias esa persona que aparece enfrente, no logras reconocerte, sólo encuentras odio en tu interior. Sigues levantándote, cada día con más desgana, haciendo y deshaciendo la madeja de ilusiones que no son tales, fingiendo que eres feliz cuando te estás muriendo de ganas por abandonarlo todo. Cuando lo único que deseas es taparte hasta las orejas y llorar, esconderte en un rincón olvidado, donde nadie pueda ver lo estúpida que eres, donde nadie más sepa de ti, donde no puedan escuchar los latidos maltrechos de un corazón que ya no es tuyo, donde no sepan que te rendiste antes de comenzar a luchar. Le diste tu vida, tu mejor parte, tus miedos, tus sueños y tu esperanza, y ahora ya no te quedan fuerzas. Ahora ya no quieres siquiera respirar. Le diste el amor que siempre quisiste. Le diste lo que tenías y lo que no. Y seguirías dándoselo. Pero no pudiste retenerla. No se retiene a alguien que nunca estuvo. No puedes amar de por vida un cuento imposible. Sólo puedes esperar que el reloj de arena traspase cada granito al otro lado. Mientras las lágrimas queman tus mejillas y escuecen tus ojos. Mientras la almohada es testigo de los besos que no te daré. Mientras mis manos acarician el teclado. Mientras sigo soñando con cada abrazo ausente. Mientras tarareo las canciones que hablan de ti. Mientras escribo una historia inventada que me gustaría que fuese real. Mientras te prometo que te querré hasta que deje de doler. Mientras te cuento que has sido la primera. Mientras me apago.

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