28 de octubre de 2014

Insomnio

Noche en vela. Antes no dormía porque la realidad era mejor que el sueño. Ahora es porque te estoy echando de menos con todas mis fuerzas. Recordando aquellos tiempos en que nos perdíamos entre el ruido en una casa plagada de miedo. Insomnio de no verte. De tratar de aceptar que te vas. Que te has ido.
¿Sabes? Nunca he querido como te quiero. Y nunca me han querido como tú. Es curioso. Pensar cómo era hace algún tiempo. Cuando todavía éramos extranos que deseaban saber algo más el uno del otro. Cuando el mar nos aguardaba impaciente. Y así fue sucediendo.  Donde el verde y el azul se mezclan. Donde se pintan las fachadas de un blanco roto. Donde el suelo tiembla. Donde los rayos de sol nos tibian la piel. Allí descubrí que habías conseguido hacerme mejor persona. Donde los balcones ventilaban las ropas de ayer. Donde se desordenó la cama entre caricias de ida y vuelta. Allí te vi y me encontré. Entre tus sonrisas. Entre tu cabello suelto al viento. Entre tus brazos. Allí quise formar un hogar para dos.
Y ahora se esfumó. Partió como los barcos zarpan en busca de una tierra nueva. Ahora me alimento de ti en mi recuerdo. Pensando en lo que pudo haber sido. En lo que no te he dicho todavía. En los besos que te guardo. En los abrazos que se han quedado sin dar. En las miradas que son para el espejo porque no puedo dedicarte. En las películas que no veré contigo. En los paseos. En los viajes. En la magia que aún queda en mí. En los vuelos entre cuatro paredes. Insomnio cruel que me impide soñar con tu regreso.

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