27 de junio de 2014

La felicidad

Eso de que la felicidad no debe depender de otros sino de ti es una mentira absurda, siempre dicen que no debes basarla en nadie. Pero es que la felicidad siempre está basada en otros. Siempre. Y es que nadie es feliz cuando está solo. Tendemos a buscar compañía.  A realizarnos en base a algo o alguien. Para algunos puede ser un trabajo, una casa, una mascota o un televisor de cuatro pulgadas. Para otros una persona que duerma a su lado. Pero ese algo o alguien es lo que nos hace sentirnos bien, sentirnos plenos y verdaderamente realizados. Porque, qué sería de nosotros si no tuviesemos con quién compartir un logro o una derrota? Verdaderamente llegamos a ser lo que somos gracias a nuestro entorno.  Sea el que sea. Por lo tanto, la satisfacción y la gratificación plena ya no depende de nosotros sino de aquello que nos sustenta. Y si ese pilar de pronto se quiebra? Pues no pasa nada, sencillamente tendremos que aprender a vivir sin él y buscar otro bastón de apoyo. Pero no nos engañemos.  Eso de que la felicidad está en nuestro interior es una falacia. La felicidad está en todo cuanto nos rodea. En la sonrisa de nuestra madre o nuestro padre, en el beso de tus hermanos. En el abrazo de un amigo. En la compañía de tu pareja. En la mirada de tu hijo. En acariciar a tu mascota y sentir su calor. En un empleo que nos realice. La felicidad está en cada ínfimo detalle que pasa desapercibido para cualquiera que siempre va con prisa buscando dentro de sí grandes lujos.

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